La mayor parte de la vida de los vietnamitas gira en torno a la familia y sus celebraciones. Suelen ser de arraigadas tradiciones familiares y las familias suelen ser bastante numerosas. Incluso viven varias generaciones de una misma familia en el mismo hogar.
El cabeza de familia es el padre quien se encarga de dirigir la familia y tomar las decisiones más importantes (incluso la aprobación de los matrimonios). El jefe de la familia es el responsable de proporcionarles comida, vestido, vivienda y una existencia lo más digna posible.
El grupo es el núcleo fundamental, mientras que el individuo es una figura secundaria. La importancia se le da al grupo.
La muerte para ellos solo es una etapa más de su existencia. Cuando alguien muere su espíritu permanece vivo entre ellos. Además de los funerales se suele tener un recuerdo y una ceremonia en los aniversarios por el fallecimiento del familiar o ser querido.
La jerarquía está marcada, principalmente, por la edad. Aunque el estado civil es también una parte importante para establecer el rango de una persona.
Al igual que en otras muchas culturas orientales, el concepto de dignidad ("salvar la cara", traducido literalmente) es muy importante. Tener una buena reputación es muy importante tanto a nivel personal como empresarial. Una persona tiene valor por su reputación, dignidad y prestigio. Si la pierde, por cualquier motivo, tendrá serios problemas en todos los ámbitos de su vida (social, laboral, etc.)
Un invitado tiene una vinculación importante con sus anfitriones. Delante de otras personas el invitado es responsable de sus actos, pero también lo son sus anfitriones, por lo que un mal comportamiento puede afectar de forma seria al prestigio de sus anfitriones.
La jerarquización tanto social como familiar tiene, fundamentalmente, sus raíces en la religión practicada mayoritariamente por ellos, el confucionismo, que hace una importante enfatización el orden social.
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