Bangkok es una ciudad pensada para los coches, los peatones quedamos en un segundo plano lo que muchas veces se hace bastante incómodo.
Los semáforos y los pasos de cebra están de adorno la mayor parte de las veces, sólo se respetan en cruces y lugares donde no hay otra opción. Recomendamos no confiar en que se detengan los coches y cruzar las calles siempre con gente local.
Principalmente en los mercados, nunca debemos aceptar un precio sin regatear. Habitualmente el precio de venta podrá rondar entre el 30% y el 50% del precio inicial. En algunas ocasiones inflan aún más el precio para que esta norma no se cumpla. Si el precio que te dicen es ridiculamente alto, contraataca con uno absurdamente bajo, así verás hasta donde pueden llegar.
Como precio orientativo, los polos de imitación por los que inicialmente piden unos 400 bath, finalmente se consiguen por 150 bath. Las camisetas se pueden conseguir por entre 100 y 150 bath.
Aunque los habitantes de Tailandia son indudablemente simpáticos y amables, comienza a haber bastantes personas que intentan ganar un dinero extra gracias al turismo.
En ciertos lugares como por ejemplo el Palacio Real encontraremos gente que amablemente nos dirán que por una razón u otra el lugar a visitar está cerrado. En este caso recomendamos comprobarlo por nosotros mismos, el objetivo de esta gente es ofrecerte visitas o paseos alternativos con los que de una u otra forma ganarán diferentes tipos de comisiones.
Sin tener tanta importancia, recomendamos que siempre que preguntemos por alguna dirección lo hagamos dos veces para confirmar. Nos sorprendió que casi todo el mundo te indicará cualquier dirección que le preguntes, pero la realidad es que en muchas ocasiones la respuesta es incorrecta.
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