¿Por qué viajar a Mongolia?

Mongolia ha sido habitada por cientos de pueblos desde las épocas prehistóricas. Hasta el día de hoy se conservan las características nómadas de las culturas que pasaron por el territorio del famoso Atila, el huno. En el año 1206, se formó un estado basado en agrupaciones tribales que se encontraban bajo el liderazgo del príncipe mongol Gengis Kan; años más tarde, su nieto, Kublai Kan conquistó China y estableció la dinastía Yuan, tan narrada por Marco Polo. En el siglo XIII, la actual Mongolia formaba parte del imperio Mongol. Después de un siglo de dominación, el imperio se derrumbó y Mongolia se convirtió en dos provincias de China: la Mongolia Exterior y la Mongolia Interior.
La República Popular de Mongolia fue creada con el apoyo soviético; durante
la Segunda Guerra Mundial, la URSS defendió a Mongolia de Japón. Posteriormente en 1946 China la reconoce como un estado independiente. En 1990, los comunistas se alejan del gobierno, y permiten una nueva constitución, la cual apareció en 1992.
Seguramente habéis escuchado sobre el desierto de Gobi, pero ¿Sabías que hay muchos otros lugares y paisajes increíbles a los que debéis ir? Mongolia tiene una serie de lugares de culto budistas en perfectos estados de condición. Asimismo quedarás encantado con sus cadenas montañosas y su cultura nómada.
Mongolia cuenta con alta tasa de personas y grupos nómadas y seminómadas que alcanza casi al 30% de la población. Casi el 90% de las personas que viven en este territorio pertenecen a la étnica mongola; sin embargo, existen otras etnias las turcas o las kazajas. La religión que profesa el país es el budismo tibetano.