son los festivales japoneses que se dan a lo largo y ancho de la geografía nipona. Algunos son de reconocimiento nacional y otros más locales. A mi me gusta compararlos con las fiestas tradicionales de los pueblos. Los hay de todo tipo, cada uno con sus particularidades, su desarrollo y su origen, pero todos comparten una amplia simbología. La mayoría están relacionados con tradiciones religiosas (ya sean budistas o shintoístas), conmemoración de hechos históricos (como el del Tōshō-gū en Nikkō) o son una adaptación de alguna tradición china (somo el setsubun o el tanabata).
Entre los más conocidos encontramos el Awa Odori de Tokushima, el Gion Matsuri de Kyoto, el Festival de la nieve de Sapporo, el Tenjin Matsuri de Osaka… pero la lista se hace interminable dependiendo de la región o época del año en la que estemos. Aun así, además de la celebración y desarrollo propio del festival, los matsuri vienen acompañados de puestecillos de comidas y bebidas típicas, trajes tradicionales y bailes regionales, que se suman al encanto natural de estos eventos. Que sin duda alguno son una de las facetas más atractivas de la cultura nipona.
Entre los más conocidos encontramos el Awa Odori de Tokushima, el Gion Matsuri de Kyoto, el Festival de la nieve de Sapporo, el Tenjin Matsuri de Osaka… pero la lista se hace interminable dependiendo de la región o época del año en la que estemos. Aun así, además de la celebración y desarrollo propio del festival, los matsuri vienen acompañados de puestecillos de comidas y bebidas típicas, trajes tradicionales y bailes regionales, que se suman al encanto natural de estos eventos. Que sin duda alguno son una de las facetas más atractivas de la cultura nipona.
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