martes, 10 de julio de 2012

Las alfombras persas


Quien no ha oído hablar de las famosas alfombras persas. Constituyen un elemento indispensable en todas las casas de Irán. Su gran valor es fruto de su componente artístico y de su técnica de confección, desarrollada durante siglos por el pueblo iraní.


Las alfombras de Persia
Si hay un elemento fundamental e imprescindible en Irán, esa es la alfombra, y es que es usada por todos los estamentos sociales del país, desde los palacios de los ricos, como en las cabañas más pobres. La alfombra es utilizada para dormir, para orar, comer, y recibir a los huéspedes.

La alfombra más humilde recibe el nombre de kilim, no está anudada y se puede describir como un simple tejido. El kilim ya era usado por los sumerios en sus casas.
En Irán es tradición que las  alfombras lleven el nombre de la región o ciudad de la que procedan, lo que constituye un motivo de orgullo por el que presumir. Así habrá alfombras que sean de Teherán, Isfahán, Tabriz, o Kashan,  entre otras ciudades.

Su evolución temática ha estado fuertemente ligada a la influencia y tolerancia de la religión islámica, y es que el Islam prohíbe la reproducción de figuras humanas en los dibujos de las alfombras, por lo que hasta el siglo XIX solamente aparecerán dichos motivos pero muy estilizados.
Será a partir de ese momento cuando el arte popular reanude sus antiguas tradiciones y de esta manera aparezcan en los dibujos de las alfombras temas como imágenes fantásticas de reyes, héroes, y bellas mujeres.


Un símbolo de la  cultura iraní
Las alfombras persas forman parte de la cultura de Irán. Son un símbolo al que los iraníes muestran un gran respeto. Un respeto que ha ido creciendo a lo largo de los siglos y que se refleja en ver como han mantenido las técnicas del teñido de la lana, la elección del dibujo, y la del propio tejido, siendo prácticamente similares a las que empleaban los antiguos persas.
Una de las tribus más antiguas de Irán, la de los qashqai, es famosa por sus alfombras, las cuales reciben un trato exquisito en su proceso de elaboración ,y es que después de tejerlas son sacudidas al aire libre para ser posteriormente sumergidas en el agua corriente de los ríos para que conserven toda la belleza del crisol de colores que tienen.



Las alfombras en las calles de Irán
Transitar por las calles y mercadillos de las ciudades supone admirar el espectáculo que gira alrededor de la venta de alfombras, como de rito se puede considerar el proceso previo que se lleva a cabo por parte de los comerciantes para que las alfombras sean vendidas.
Las alfombras son extendidas sobre el asfalto polvoriento, dicho así puede sonar contradictorio que un artículo de tal valor se ponga directamente sobre esa superficie, pero parece ser que este peculiar tratamiento es el más adecuado para el resultado final de la venta.
Y es que las alfombras, cuando salen del telar, tienen una superficie todavía rugosa y gruesa que sería poco apreciada por los compradores. Al extenderlas en las calles y estar sometidas a la intemperie, la suciedad, el polvo y las pisadas de personas, hace que al cabo de los días al retirarse del suelo y a pesar de que están sucias, aparecerán perfectamente lisas y dispuestas para la última operación antes de la venta, el lavado en agua corriente.





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